martes, 22 de abril de 2008

HISTORIA DE LOS QUE COMENSARON LA MAFIA







Al Capone Se llamaba Alfonso Capone, pero se lo conoció como Al Capone. Fue un muy conocido mafioso de Estados Unidos de los años 20 y 30. Con negocios sucios consiguió una fortuna importante. El FBI trabajó durante años para poder encarcelarlo, pero no se pudo demostrar su participación en ningún hecho delictivo. Recién en 1931 fue detenido bajo la acusación de evadir impuestos. Estuvo en la cárcel durante ocho años, y desde allí continuó dirigiendo a su banda. La mafia manda Alfonso Capone, más conocido como Al Capone, fue un famoso gángster estadounidense de los años 20 y 30. Nació en Nápoles en 1899, siendo hijo de emigrantes italianos.




Su vida criminal comenzó cuando era un adolescente, perteneciendo a dos bandas con las cuales se inició en delitos menores. 750) this.width=750" border=0> Ya en Nueva York, precisamente en Brooklyn, se unió a la banda "Five Points", encabezada por Frankie Yale. Empezó a trabajar como camarero y guardaespaldas en el establecimiento de éste, el Harvard Inn. Y fue allí donde Capone, en una pelea de cuchillos con Frak Gallucio a causa de su hermana, sufrió una cortadura en la cara, por lo que de ahí en más se lo llamó cara cortada (scarface). 750) this.width=750" border=0> 750) this.width=750" border=0> En 1918, Capone se casó con Mae Coughlin -una chica irlandesa-, con quien tuvo ese mismo año un hijo, Albert "Sonny" Francis Capone. La pareja vivió en Brooklyn durante un año. Capone aún formaba parte de la banda comandada por Frankie Yale y se dice que cometió al menos dos asesinatos cuando fue enviado a Chicago en 1919. En un inicio, comenzó a trabajar con el equipo de Johnny Torrio. éste hacia 1922 lo puso como su mano derecha, convirtiéndolo en el responsable de los negocios ilegales de juego, alcohol y prostitución de la ciudad de Chicago. Unos pocos años después, Torrio fue herido por parte de sus rivales, y al estar grave volvió a Italia y dejó al mando de su negocio a Capone. De esta manera Al Capone logró tener una fortuna importante. 750) this.width=750" border=0> John Dillinger Famoso delincuente estadounidense. Pasó su adolescencia en una granja cercana a Mooresville y, en 1923, ingresó en el ejército. Pasados unos meses desertó, y en 1924 fue acusado de robo y encarcelado. Durante sus años en prisión conoció a diversos atracadores, los cuales le enseñaron técnicas y trucos que empleó tras recobrar la libertad en 1933. 750) this.width=750" border=0> En pocos meses atracó cinco bancos y, tras ser detenido, varios de sus socios le ayudaron a fugarse. Rostro habitual en las primeras páginas de los periódicos y conocido en todo el país, atracó todavía varios bancos en Indiana, Wisconsin, Florida y Arizona, donde fue nuevamente detenido y encarcelado. Poco después, sin embargo, y valiéndose de una pistola falsa hecha de madera, burló a los guardias que lo custodiaban y escapó. Tras nuevos atracos, fue tiroteado por el FBI a la salida de un teatro de Chicago. Después de su muerte, no obstante, varios investigadores afirmaron que la persona tiroteada habría sido otra y que, en connivencia con el FBI, Dillinger había desaparecido tras habérsele procurado una nueva identidad. 750) this.width=750" border=0> Lucky Luciano Salvatore Carlo Lucania, nació el 11 de noviembre de 1896 en Sicilia. Con 12 años emigró a los Estados Unidos. Conocido como "Lucky" (afortunado) Luciano, por su suerte para eludir varias tentativas de asesinato. Lucky se convirtió en capo di tutti capi y pasó a controlar las actividades de las principales "familias". Luciano combinó negocios ilegales con inversiones en las altas finanzas en centenares de empresas. En 1937 fue condenado a 35 años de prisión aunque sólo cumplió 9 años y fue liberado "por servicios prestados a las fuerzas armadas ". Deportado a Italia en 1946, falleció de un paro cardíaco en el aeropuerto de Nápoles el 26 de enero de 1962. 750) this.width=750" border=0> Joseph "Joe Bananas" Bonanno En el punto más alto de su carrera, Bonnano fue el líder de una de las cinco mafias más poderosas de Nueva York. La opinión pública lo llamaba "Joe Bananas", un apodo que detestaba. Siempre negó haber estado involucrado con tráfico de drogas o prostitución, a pesar de que las autoridades señalan lo contrario. 750) this.width=750" border=0> Bonanno cayó en desgracia durante la década de los sesenta, cuando trató de convertirse en el gran jefe de las mafias en lo que se denominó la "guerra de la banana". La contienda entre las familias resultó en su eventual asilo en Tucson. Su familia mantiene su apellido, aunque en su biografía de 1983 explicaba que "ya no soy un padre y no hay más familia Bonanno". 750) this.width=750" border=0> Bonnano siempre atrajo la atención de los fiscales, quienes en 1980 tuvieron éxito en acusarlo de obstruir a la justicia por una investigación sobre sus hijos. Tras un amplio período de litigio, Bonanno terminó cumpliendo una condena de ocho meses en una prisión de Lexington, Kentucky, antes de ser puesto en libertad condicional en 1984. En 1985 y 1986 tuvo que pagar 14 meses de cárcel por desacato a la corte, al negarse a responder preguntas de los fiscales. Bonanno nació el 18 de enero de 1905, en Castellammare del Golfo, Sicilia. Llegó a tierras estadunidenses de forma ilegal, a través de Cuba, y comenzó sus operaciones en Nueva York, donde estableció su familia criminal en los años treinta. Don Carlo Gambino Gambino nació el 24 de agosto de 1902 en Caccamo, un pueblo siciliano cercano a Palermo. Su familia estaba vinculada a la mafia local, y Carlo no tardó en unirse a la autodenominada “Honorable Sociedad”, donde se destacó por su eficiencia y su carácter despiadado. En agosto de 1921, al cumplir 19 años, Carlo se convirtió en un “hombre hecho”, un soldado de la “Sociedad”. Pero en noviembre del mismo año, se vio forzado a escapar a los Estados Unidos, amenazado por el régimen de Mussolini. Debió entrar ilegalmente en la bodega de un carguero, entre botellas de vino y cajas de anchoas. Nunca pidió la ciudadanía estadounidense, pues logró que le concedieran status de refugiado político. 750) this.width=750" border=0> Durante la Ley Seca, Carlo trabajó como traficante de ron para Joe Masseria, jefe de la Familia Genovese, una de las más poderosas de Nueva York en los años ‘20. En ese entonces el mundo de la mafia neoyorquina estaba marcado por el enfrentamiento entre la Familia Genovese, liderada por Masseria, y la Familia Bonanno, liderada por Sal Maranzano. En ese contexto surgió la figura de Lucky Luciano, un ambicioso miembro de la Familia Genovese. Luciano se alió con Maranzano contra su jefe Masseria. En abril de 1931 Masseria fue asesinado y Luciano se convirtió en el nuevo jefe de la Familia Genovese; en septiembre, Maranzano fue asesinado por orden de Luciano. Gambino apoyó a Luciano y se convirtió en uno de los caporegimes de Nueva York, controlando el embarcadero de Brooklyn. Su mano derecha fue su primo hermano Paul Castellano, con cuya hermana se casó en 1932. Pese a su nuevo poder, Gambino siguió viviendo en una casa bastante modesta en Brooklyn. 750) this.width=750" border=0> En 1933 se levantó la Ley Seca; Gambino fue acusado de evadir impuestos, pero se le otorgó la libertad condicional. El caporegime invirtió sus ganancias en un negocio legal, pero sórdido en aquellos años: bares gay. En abril de 1951 Vincent Mangano, jefe de la Familia del mismo nombre, para quien Gambino trabajaba, desapareció misteriosamente. El nuevo jefe de la Familia Mangano pasó a ser Albert Anastasia (probable “desaparecedor” de Mangano), y Gambino ocupó el rol de segundo al mando. En 1957 Anastasia fue asesinado, tras lo cual Gambino se convirtió en el jefe de la Familia, rebautizada con su propio apellido. Su reinado se extendería durante casi 20 años. 750) this.width=750" border=0> Gambino lideró la Familia con pocos escrúpulos, pero siempre intentando mantener una paz relativa. Don Carlo se oponía a la publicidad y al narcotráfico. Le desagradaba la ostentación de mafiosos como Al Capone, y odiaba el tráfico de drogas, hasta el punto en que cualquier miembro de la Familia que se dedicara a esa actividad era asesinado. En 1969 la Familia Gambino tenía más de 25 regimes con alrededor de 950 soldados. Sus vínculos con figuras de la política y las artes (como Frank Sinatra) le garantizaban protección. A diferencia de sus dos predecesores, Gambino murió de causas naturales, tras traspasar el mando de la Familia a su primo y cuñado Paul Castellano, en 1976. A su funeral asistieron más de mil personas. La Familia Gambino sigue activa en la actualidad. John Gotti Mafioso estadounidense. John Joseph Gotti nació el 27 de octubre de 1940 en el barrio neoyorquino del Bronx. Era el quinto hijo de los once -siete chicos y cuatro chicas- que tuvieron John J. Gotti, un inmigrante napolitano, y Fannie, una abnegada y sencilla mujer capaz de criar a sus hijos en un entorno hostil. Él y sus hermanos crecieron en una zona deprimida del sur del Bronx, hasta que su padre pudo ahorrar algo de dinero y se trasladaron a Brooklyn. A una edad temprana el bravucón «Johnny Boy» aprendió a usar sus puños, y sus primeros sueños de convertirse en un hombre de negocios o un doctor pronto dejaron paso a los de ser uno de los tunantes que solía ver por las calles de Brooklyn. Junto a sus hermanos Peter y Richard, John entró a formar parte de una banda callejera, con cuyos miembros se juntaba siempre que se escapaba de la escuela, donde era mal visto debido a su molesta actitud. En 1954, el joven aprendiz de ladrón resultó herido mientras participaba en el robo de una cementera. Ésta le cayó encima de los dedos de un pie y tuvo que permanecer hospitalizado durante todo un verano. Debido a ello, a Gotti siempre le quedó una ligera cojera. 750) this.width=750" border=0> A los dieciséis años, dejó de asistir a la escuela y se unió a los Fulton-Rockaway Boys, una popular banda de adolescentes de Brooklyn que solía robar automóviles. Acompañado por sus inseparables hermanos Peter y Richard, John conoció a dos jóvenes tunantes con los que trabaría una larga amistad: Angelo Ruggiero y Wilfred Willie Boy Johnson. Entre 1957 y 1961 fue arrestado cinco veces por hurtos menores, pero los cargos siempre acababan siendo revocados o reducidos. Integración en la Mafia En 1960, el italoamericano, de veinte años, conoció a Victoria DiGiorgio, una chica dos años menor con quien se casó el 6 de marzo de 1962, casi un año después del nacimiento de su primera hija, Angela. El matrimonio fue tormentoso, con varios amagos de separación, pero pese a ello la pareja siguió adelante y tuvo dos hijos más: Victoria y John A., también conocido como Junior. Durante esa época y alentado por su esposa, que era contraria a las actividades deshonestas de su marido, Gotti empezó a trabajar en una fábrica de abrigos, pero al poco tiempo volvió a las andadas. En 1963 fue encarcelado por primera vez y pasó veinte días en la prisión junto a Salvatore Ruggiero tras ser sorprendidos con un coche robado. En 1966 Gotti entró en la Mafia, encabezada entonces por Carmine y Daniel Fatico. Operaban desde un local, el Bergin Hunt and Fish Club, en el barrio de Queens para uno de los jefes de la familia Gambino, Aniello Dellacroce. La verdadera carrera criminal de Gotti empezó entonces, prosperó y la familia se mudó a un bonito apartamento en Brooklyn, donde tuvieron un cuarto hijo, Frank. Los Gambino lo reclutaron como matón y poco después le confiaron el saqueo sistemático de los materiales utilizados en la construcción del aeropuerto John Fitzgerald Kennedy, hasta que fue descubierto y condenado a tres años de cárcel en Lewisburg. Con tan sólo treinta y un años, Gotti se convirtió en el capo de la banda de Bergin y, con Dellacroce en la cárcel, empezó a visitar con frecuencia a Carlo Gambino, Don Carlo, a quien se dirigía con sumo respeto. En 1975, John Joseph fue condenado a cuatro años de prisión por robo, y durante los dos años que pasó en la cárcel de Green Haven asistió a clases de cultura italiana e hizo mucha gimnasia. De nuevo en la calle, tuvo que hacer frente a la muerte de Carlo Gambino y al ascenso de Paul Castellano, quien entonces controlaba la situación. 750) this.width=750" border=0> Capo de los Gambino El 18 de marzo de 1980, una desgracia conmocionó a la familia Gotti: el pequeño Frank, de doce años, murió atropellado por el coche de un vecino. Victoria nunca se sobrepuso a aquella fatalidad y fue ella misma quien pidió venganza. El vecino desapareció misteriosamente tras ser introducido en un coche por unos matones, pero nadie pudo probar que Gotti estuviera detrás del homicidio. En aquellos tiempos, el capo figuraba oficialmente como empleado de una empresa de fontanería, pero los detectives que lo seguían día y noche nunca lo vieron con mono de faena yendo a poner grifos o reparar cañerías. John Gotti asumió de un modo definitivo la jefatura del clan de los Gambino en 1985, sin ninguna oposición tras asesinar a quemarropa a Castellano. Se convirtió en una figura asidua de los medios de comunicación a principios de 1986 y, lejos del ojo público, movió sus piezas con rapidez. Premiaba a los leales, apartaba a los neutrales y ordenaba castigos para quienes le habían combatido o puesto alguna traba durante los últimos años. A pesar de su carácter expansivo, la regla del secreto era una de las pocas que Gotti no rompió jamás a lo largo de su vida. Acostumbrado a guardar secretos ante la policía, los jueces y los abogados, frente a Castellano, Dellacroce o sus propios lugartenientes, e incluso ante su esposa Vicky o su hijo mayor, construía coartadas con facilidad e inventaba argumentos que siempre encajaban. Prisión y muerte del último padrino 750) this.width=750" border=0> 750) this.width=750" border=0> Los detectives que seguían los pasos de la familia Gambino no tardaron en conocer las frecuentes subidas a un apartamento. Su jefe, George Gabriel, decidió que ese apartamento era el lugar ideal para poner un micrófono oculto y poco después lograron grabar algunas conversaciones que delataron a Gotti. El 11 de diciembre de 1990, una patrulla del FBI formada por diez agentes y tres detectives se apostó a la entrada del edificio para detener a los principales capos de la familia. Durante la instrucción, el fiel lugarteniente Salvatore Gravano, alias Sammy el Toro, fue relatando uno a uno todos los crímenes en los que había participado a las órdenes de su jefe Paul "Big Paul" Castellano Paul "Big Paul" Castellano, de 73 años, líder de la familia Gambino y el padrino más importante de la Mafia norteamericana, cayó asesinado a balazos el lunes por la tarde en el centro de Manhattan (Nueva York), probablemente a manos de miembros de su propia organización que desean controlar el imperio criminal más importante del país. Castellano murió como suelen hacerlo los dirigentes mafiosos -como Carmine Galante, Albert Anastasia o Salvatore Maranzano- y con la precisión con que ha relatado el cine de Hollywood estos finales violentos de reinado.Junto al cadáver, la policía encontró un gran puro a medio fumar, las gafas negras de concha que usaba Castellano y una parte de su cerebro del tamaño de una pelota de ping-pong. Big Paul ya no podrá comparecer la próxima primavera en el juicio que se desarrollará contra los nueve principales dirigentes del consejo de administración de la Mafia, procesados el pasado febrero. 750) this.width=750" border=0> Tres asesinos, vestidos con gabardinas del tipo trinchera, esperaban al coche de Castellano, una lujosa limusina negra, cuando aparcó, en un lugar prohibido en la calle 46, junto a la Tercera Avenida, en el East Side de Manhattan, frente a un restaurante. Los autores de la ejecución, llevada a cabo con gran profesionalidad, abatieron con seis tiros en la cabeza y en el pecho a Castellano en el momento en que éste abría la puerta del automóvil. Su chófer, guardaespaldas y uno de los capitanes de la Mafia, Thomas Bilotti, de 45 años, corrió la misma suerte que su jefe. Incluso recibió el mismo número de impactos. 750) this.width=750" border=0> Un afable carnicero Castellano, de profesión carnicero, parecía más un afable comerciante que el líder más poderoso de la Mafia. Era un hombre de modales amables que presumía de arreglar las cosas por las buenas, empleando métodos blandos. No era vanidoso ni buscaba la publicidad que obtuvo ayer por encima de sus deseos en las primeras páginas de toda la Prensa norteamericana."Quien autorizó este crimen", afirmó Arthur Brifi, portavoz de la comisión presidencial sobre el crimen organizado, "el que tome su lugar puede determinar el futuro rumbo de la Mafia en este país". Para el FBI y otros expertos en la Mafia, es posible que algunos jóvenes turcos del grupo Gambino -temorosos de que Castellano nombre a su sucesor antes de ser condenado e ingresar en la cárcel hayan asesinado a Castellano y se produzca ahora una lucha por hacerse con el control del clan. Según los expertos, John Gotti, un capo de 45 años, que trabaja 18 horas al día y lleva una vida de clase media en el barrio de Queens, puede ser el sucesor de Big Paul. Sus intereses en negocios legales son muy importantes en la industria de la carne y los pollos, en construcción, casinos, restaurantes y joyerías. Los negocios legítimos de las nueve organizaciones mafiosas norteamericanas figurarían, conjuntamente, en la lista de las 100 primeras empresas de la revista Fortune. Paul Castellano tomó el control en 1976, cuando sucedió a su cuñado, Carlo Gambino. La familia obtiene también beneficios de actividades ilegales en el mundo del juego, protección a comercios, extorsión, secuestros, préstamos usurarios, tráfico de drogas y fraude organizado en Nueva York, Florida, Pensilvania, Nueva Jersey y Las Vegas. Hace sólo unos días, el clan Gambino perdió, esta vez de muerte natural, a su número dos, Aniello Dellacroce, que actuaba de pacificador entre Paul Castellano y otros grupos de la familia. Con la desaparición de Dellacroce, que durante bastantes años actuó como confidente del FBI, Castellano ya no tenía ninguna defensa frente a los rebeldes. "Big Paul fue asesinado probablemente porque había hablado demasiado", afirmó ayer el director de la Comisión Presidencial del Crimen, James Harmon. Bernardo Provenzano Bernardo Provenzano, conocido como Zio Binu (Tío Bernardo) o U tratturi (El tractor, debido a su fuerza y determinación para disparar y matar), nacido en 1933 en Corleone, fue el máximo dirigente de la Cosa Nostra siciliana. Su carrera mafiosa y escalada criminal comenzó en la década de 1950, cuando junto a Salvatore "Totó" Riina y Calogero Bagarella, se convirtió en el lugarteniente del gran jefe de la mafia corleonese Luciano Liggio. Su primer trabajo fue liquidar a Francesco Streva, del clan contrario de Michelle Navarra. El mafioso escapó en un primer momento, pero días después fue asesinado. Provenzano, buscado por la policía, pasó a paradero desconocido, en el que llegaría a estar durante cuarenta y tres años. Era el 18 de septiembre de 1963. Con el paso de los años y tras dejar un reguero de sangre en la guerra entre clanes mafiosos de la década de 1980, Riina y Provenzano se hicieron con el control de Cosa Nostra, después de vencer a la poderosa mafia capitalina de Palermo. Bagarella, entre tanto, fue asesinado. El clan de los Corleoneses dominó Sicilia y Riina se erigió en el máximo representante, mientras que Provenzano pasó a un supuesto segundo plano. La justicia les siguió los pasos y el nombre de los dos aparece en decenas de procesos, mientras comenzó a tejerse su fama de invisible. Según los conocedores de los entresijos de la Cosa Nostra, Provenzano fue el que manejó la organización durante medio siglo. Cuando Totó Riina fue detenido el 15 de enero de 1993, Provenzano asumió el control total de la organización. Destacados "arrepentidos mafiosos" (colaboradores de la justicia), como Totó Cancemi y Gioacchino Pennino aseguraron que Provenzano siempre ha mantenido el "control político" dentro de la Cosa Nostra, mientras que Riina fue en realidad "el jefe militar". 750) this.width=750" border=0> A Provenzano se le relaciona con 127 asesinatos mafiosos llevados a cabo en los setenta y los primeros años de los noventa, delitos por los que está condenado en rebeldía a cadena perpetua. Provenzano estuvo en paradero desconocido durante 43 años. Apoyado en la "omertá" (pacto de silencio) que rige en la mafia y tal vez ayudado por personalidades importantes de la vida siciliana, Provenzano pasó todo ese tiempo en la isla. Se llegó a asegurar que había muerto. Nadie lo reconocía y su voz nunca fue interceptada o reconocida por teléfono. La única foto que se conocía de Provenzano era de 1958, lo que le permitió incluso burlar una vez más a las autoridades italianas en 2005, cuando viajó a Francia para operarse de próstata en un hospital de Marsella, en el que se alojó bajo la identidad de un jubilado siciliano. El mafioso, por el que se ofrecía una recompensa de 2,5 millones de euros, llegó a presentar un formulario de la sanidad siciliana para poder ser intervenido en el extranjero sin necesidad de pagar, y pasó a la Región de Sicilia la factura de la operación y de los siete días que estuvo ingresado. Bernardo Provenzano fue detenido el 11 de abril de 2006 en su pueblo natal de Corleone. 750) this.width=750" border=0> 750) this.width=750" border=0> 750) this.width=750" border=0> Fuentes: www.elpais.com/.../centro/Nueva/York/mafioso/ http://www.biografiasyvidas.com http://orodetolosa.blogspot.com

COMIENSO DE UNO DE LOS GRANDES DE LA MAFIA DE ALCAPONE

La verdadera historia de Al Capone

Gabriele Capone fue uno de los 43.000 italianos que llegaron a Estados Unidos en 1894. Era barbero, le acompañaba Teresa su esposa embarazada y dos pequeños hijos. Vivieron en Brooklyn en una humilde casa sin mobiliario. Allí abundaban los tugurios y marinos desempleados. Capone se empleó en un almacén y Teresa en una sastrería. Como familia honesta y emprendedora, de escasa instrucción, eran muy unidos y alejados de la violencia. No tenían inclinación delictiva ni pertenecían a sociedades criminales. Humberto Zárraga
Technorati Tags: ,
Eran simplemente una familia respetuosa de la ley. Adaptándose a una nueva vida, en 1906 adoptaron nombres americanos: Vincenzo se convirtió en James; Raffaele en Ralph; Salvatore en Franco; y Alphonse en Al, quien asistía a una escuela que abandona a los trece años debido a que una maestra lo golpeó y él le regresó el golpe. Ya mostraba inclinación por la violencia, o al menos las circunstancias, propiciadas por las difíciles características de la educación de un niño inmigrante, lo indujeron a ello. En esas rígidas escuelas prevalecía la fuerza física y no brindaban ayuda a los de origen italiano. La vida de inmigrante no era fácil y se complicaba al crecer rodeado de irlandeses. Luego del incidente se mudaron a Garfiel, donde Al conoce a John Torrio, quien era una especie de “modelo” para muchos jóvenes de esa comunidad. Como otros muchachos, Al ganaba algún dinero haciéndole diligencias a Torrio, quien confiaba en él. Tiempo después, Torrio se va a Chicago, mientras Al trabaja en Nueva York, en una fábrica como cortador de papel, pero el destino lo cruza con Francesco Ioele (apodado Frankie Yale), quien le emplea como camarero en un bar, donde en una trifulca es herido en la cara, quedándole una cicatriz que le hizo ganarse el apodo de Cara cortada. Torrio y Capone se separan durante diez años que servirán de “brillo” a Torrio. Tiempo después este manda a buscar a Capone asociándolo en “algo productivo”. En 1910 había en Chicago un personaje que obtenía una renta mensual de 500.000 dólares. Se trataba de Jim Colósimo (Jimmy Diamantes), jefe de los bajos fondos, quien durante 1910-1920 estableció una organización que brindaba protección y manejaba una cadena de burdeles, salas de juego y clubes nocturnos. A Colósimo se le imputaban varios asesinatos, por lo que contrata como guardaespaldas a un joven procedente de Nueva York, llamado Johnny Torrio. Colósimo era hijo de inmigrantes muy pobres. El 17 de enero de 1920, cuando entra en vigor la ley seca que prohibía la preparación, venta, transporte, importación y exportación de cualquier bebida alcohólica, Colósimo se dedica sólo a la administración de sus clubes. El siciliano Torrio, iniciado como ladrón y pistolero a sueldo y luego rufián y matón de Jimmy Diamantes, se caracterizaba porque era muy ambicioso. Por ello “olía” la riqueza que la prohibición ofrecía, a lo que Colósimo se opuso; pero no había nada que una recompensa de diez mil dólares por la cabeza de Colosimo no resolviera. Torrio hizo la oferta. Había aprendido mucho, y tenía ingenio para hacer alianzas. Fiel a sus orígenes, llamó a Capone a Nueva York (en quien la honestidad había desaparecido con la muerte de su padre), lo nombró su ayudante y, más adelante, socio y sustituto. Podría decirse que fue su padrino en la carrera criminal. La ley seca generó una industria para el bajo mundo y Torrio supo aprovecharla, elevando a Capone en la escala social. La alianza estaba consumada (juego, alcohol y prostitutas), y Al encajaba perfectamente con su “excelente” currículum (robo de tiendas y de vehículos; chulo de navaja y matón en locales de mala nota; gerente de club nocturno con bar, sala de juego y burdel). Eliminado Colósimo, Torrio comienzó a reclutar matones, con Capone a su lado. Ambos logran una imagen agradable acerca de los mafiosos como benefactores, al satisfacer la necesidad de alcohol de Chicago, iniciando un ciclo de “favores” a jefes policiales para proyectar una imagen impecable. En una década de terror el imperio Torrio se fortalece hasta parecer un Estado sobre otro Estado. Con apenas 26 años Capone es imparable: tiene a su servicio cientos de pistoleros, numerosas posesiones, y dieciocho guardaespaldas lo custodian por más de 200.000 dólares semanales. Es un hombre galante, bromista e inescrupuloso. Posee todo lo que no pudo tener en sus años de miseria. En esa época Chicago se caracterizaba por su gran corrupción, la autoridad fue corrompida; la policía privatizada y los negocios casi monopolizados. Solo la competencia no podía ser controlada y ellos no eran los únicos en enriquecerse. Aún cuando el irlandés Dion O’Banion era capaz de hacer temblar el imperio Torrio, su vida culminó con seis balazos, lo que permitió que Capone tomara las riendas, sin pensar en las consecuencias de su eliminación ni se preocuparon por el hombre que lo sucedió, George Moran. Mientras la policía “investigaba” a Torrio y Capone, el amigo de O’Banion, Hymie Weiss, preparaba la venganza. Semanas después Torrio fue acribillado en la puerta de su casa. Tiempo después salía recuperado del hospital, pero atemorizado deja sus negocios de millones de dólares a Capone quien transforma su estructura pues su mente “negociadora” percibe las grandes ventajas que el monopolio habría de conferirle. En 1926 Al Capone sustituye las ametralladoras por los convenios de cártel, convoca a sus rivales de Chicago a una reunión de “familias” proponiéndoles el cese de hostilidades, fin de los atracos a almacenes de bebidas; perdón para los hechos de armas del pasado; responsabilidad de cada jefe por el cumplimiento de lo acordado, y, fijación de zonas de venta. Con este acuerdo demuestra ser el más astuto. Aún así, tres meses después es violado el acuerdo. Con una fortuna de 100 millones de dólares, Capone aspira dominar Chicago. Mientras Moran controla la zona norte; él controla el sur, por lo que se genera el más grande baño de sangre por dos causas: la primera, el fracasado atentado de Moran contra Capone en un restaurante, lo que hace que este lo condene a muerte. La segunda, Moran le intercepta 14 camiones de alcohol a Capone, quien enfurecido contrata a Jack Mc Gurn para eliminar a Moran. Una vez más Capone supera con una astuta estrategia a su rival quién no sospecha nada: Danny Stanton, un aparente miembro descontento de la mafia Capone se introdujo en la de Moran y le pasa información acerca de un cargamento de whisky a Saint Louis. Morán muerde el anzuelo. Otros hombres de Capone alquilan un apartamento frente a la bodega donde llegará el alcohol el 14 de febrero de 1929. El plan es realizado sin error; el cargamento es llevado a la bodega donde esperaban siete capos de Moran. En ese momento, quién vigilaba la llegada de Moran, fingió creer verlo entrar. Da la señal y se inicia la acción. Aparcan un Cadillac negro frente a la bodega y se bajan seis hombres; cuatro de ellos con uniformes de policía. Al verlos, los capos creen que se trata sólo de una redada; pero no es así; después de ordenarles colocarse hacia la pared reciben más de cien disparos, dejando una escena terrible con cuerpos deshechos confundidos con masas sanguinolentas.
Para disimular su salida a la calle, dos capos aprehendidos y esposados son introducidos al auto. Mientras que para rematar la coartada, Capone disfruta en una fiesta en Miami. Moran, quien huyó al ver el Cadillac creyendo que era una redada, al enterarse posteriormente, inmortalizó la forma en que Capone eliminaba a sus enemigos, diciendo: “Sólo Capone mata de esa forma”. Atemorizado, poco después se retira dejando la zona libre a Capone. El 8 de mayo de 1929, fueron eliminados Scalise, Anselmi y Joseph Guinta, después de que Capone fuese encarcelado un mes antes por porte ilícito de arma de fuego, pero en realidad eso formaba parte de un plan, pues se dejó detener para permanecer más de doce meses en la cárcel, a salvo de la venganza de Moran. Aún preso, él tenía poder suficiente para hacerse obedecer, y, como siempre, la policía no pudo comprobar su participación en la masacre de San Valentín. Entre 1929 y 1931 la pobreza y el desempleo azotaron a Chicago. Era momento de ajustar cuentas y un grupo de civiles inició una campaña señalándolo como responsable de la crisis. La justicia, decidida a ponerlo tras las rejas logra que el Departamento del Tesoro comisione al detective Elliot Ness. Ness y sus intocables conocían que los negocios “legales” de Capone eran empresas de inversión, lavanderías y flotas de taxis; por los cuales no podían achacarle ningún crimen; entonces deciden golpearlo por el lado fiscal, ya que el gran error de Capone fue no haber pagado nunca impuestos. Sin que Al Capone sospeche, infiltran un investigador entre sus hombres, quien durante varios años reúne pruebas de ingresos ilegales y defraudación fiscal. En junio de 1931 Capone se ve envuelto en un proceso penal que finalmente lo condena a once años de prisión y a pagar una multa de 50 mil dólares. Pese a su poder, sus intentos de asesinar al jefe del fisco y sobornar al jurado resultaron infructuosos, teniendo que confesar un delito de fraude por más de trescientos millones de dólares. El juicio fue cubierto ampliamente por la prensa. Tras nueve horas de deliberación, surgió la sentencia: “Absuelto de varios delitos de asesinato y condenado por fraude fiscal”. En 1932 ingresa a la cárcel de Atlanta, y en 1934 es trasladado a Alcatraz, pero aún daría mucho que hablar, ya que asume su condena como un dócil preso mientras por detrás sus negocios revivían; la corrupción carcelaria permitía que siguiera su poder. En aquella época le había sido diagnosticada sífilis aguda, la cual, pese al dolor cada vez más intenso, se negó a tratar por miedo a las inyecciones. Al ser llevado a Alcatraz su suerte cambió: allí eran imposibles los privilegios y el contacto con el exterior. El antes temido gángster, obligado a seguir la férrea disciplina carcelaria, pasó a ser el preso número 85. El deterioro de su estado de ánimo y de su salud lo confinaron a la enfermería donde, solitario y esquivo, pasó los últimos años de su condena postrado en un sucio catre. Cuando salió en libertad en 1939 estaba gravemente enfermo. Su esposa, quien hasta entonces había vivido en la sombra, cargó con el peso de sus achaques, lo trasladó a su lujosa mansión de Miami y lo cuidó como una madre, pero el mal había dañado sus funciones mentales, apenas podía andar y la saliva se le escurría de la boca. En 1942, valiéndose de artimañas, Mae logró curar su enfermedad con inyecciones de penicilina, pero ya el deterioro mental era irreversible. Capone murió el 25 de enero de 1947 en su casa de Miami. Fue el mafioso más temido y el primer enemigo número 1 de Chicago.